Para lograr
una óptima organización educativa, es necesario poseer un pensamiento y actitud
crítica, incluir a los integrantes de la comunidad educativa, pues son ellos
los que saben exactamente lo que sucede.
“La imaginación ética necesita no solo imaginar
sino también actuar en forma alternativa” (KEARNEY, 1988).

La organización puede verse como un obstáculo para el cambio, pero también se puede utilizar como instrumento de innovación y mejora para la unidad, los docentes podrían eliminar las rutinas de sus prácticas integrando a sus aulas procesos de reflexión y actuación; donde potencialicen los aspectos cooperativos, y eliminen por completo la balcanización; promoviendo a los alumnos a participar.
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